Cosas maravillosas.
Momentos en los cuales sonreímos ante la dicha de estar vivos ,mientras a nuestro alrededor las cosas son maravillosas. Es el espíritu de la Navidad. Aquellas navidades que estrenaban "Fanny y Alexander " antes de que los actores se prostituyeran con el comunismo. Hicieron mal,muy mal en fiarlo todo a la dictadura, porque el cine...el cine es un poquito de todos. Aquéllas alfombras rojas que evocaban lo mejor de los sueños. Pero resulta que ha muerto el cine. El cine de sala y palomitas. Merece la gran Vía, aquella sala entrañable del palacio de la Opera, pervivir en el imaginario sentimental de nuestros hijos y entonces una gran estrategia que supere el tiempo. Que aquellas bellas salas Europeas trasciendan la oportunidad de escuchar músicos de leyenda. El humor del teatro. Días de Chicote y de José Luis.
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