A propósito del secuestro de Cake.

La habana vieja.Una mañana de sábado.Centro de documentación para deportados desde Venezuela.Fran Barroso,era un fervoroso funcionario del régimen.Con una metodicidad fuera de la común ,todos los días repasaba los listados de aquellos prisioneros que llegaban desde Venezuela.Aquél día ,se encontraba fumando un verdadero Habano en el "rinconcito ",aquella área de recreo para todos aquellos que trabajaban en el ministerio.Como todos los "zepos " ,( la élite de funcionarios leales al régimen ),solía vestir un chándal rojo con estrellas ,remedo de la bandera de aquella tierra tan querida por todos.Pero Cuba...Cuba era el campo de entrenamiento de la tiranía de entonces.En Cuba ,todavía se valían de los "almendrones ",aquellos coches antiguos,Norteamericanos,espléndidos,los cuales les daban a la isla tanto sabor.Si bien en este punto del manuscrito,quería referirme a lo que supuso en su día la pandilla de Reynaldo Arenas.Reynaldo Arenas fue,quizá, el mejor escritor de la isla.Había publicados libros como "antes que anochezca " o "el mundo alucinante "...libros de un talento casi aristocrático,y libros que en ocasiones hablaban de amor.La citada pandilla solía frecuentar el malecón en su parte donde quería fascinarse entre un sexo y otro la juventud.Reynaldo Arenas había aspirado al premio Nobel de literatura,pero, nunca lo consiguió.Y es una pena, porqué, hacía muchos años que estos premios ,no se otorgaban a un resistente.Reynaldo Arenas murió en condiciones un poco oscuras en Nueva York...de el quedan las películas que se hicieron y que se harán.Escenas magníficas fueron, aquellas cuando el propio escritor y su pareja ,asidos de la mano,reían y reían tumbados sobre la nieve.Aquella nieve que no habían visto jamás.Aquella nieve que ahora les magnificaba el rostro,y aquella nieve con la cual, después, quisieron jugar como niños grandes,lanzándose bolitas macizas pero todavía  débiles.De la pandilla queda su amor por la libertad,tanto ,como las tardes en que soñaban con España,tanto como las tardes en que soñaban con Nueva York.De la pandilla queda ,y quedara el gusto por los grandes escritores...Flaubert ,si,pero también Hemingway...Hemingway que murió por propia mano un día de otoño tristísimo...pero Hemingway que había luchado descomunalmente por capturar a aquél gigantesco pez espada,con la mar revuelta, o Hemingway que tocaba el piano en el Varadero,con aquellas letras de canciones que hablaban exclusivamente de amor.  

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