Una mañana en la Rivera de curtidores
Posee algo mágico ,algo que es maravilloso,el comercio de viejo.La magia indescifrable de lo antiguo.Se caracteriza la Rivera de Curtidores, por estar situada en ese meandro del camino,a partir del cual,el viajero deja de comunicarse con la ciudad,y al pronto pasa a encontrar,aquel mundo fabuloso que llamamos el rastro.Lo cierto y verdad,es que los puestecitos están retrocediendo,y retroceden sobre todo por la falta de ambición de la causa, porque no prende el ánimo del comercio en los más pequeñines y sobre todo,por la inmensa cárcel de papel...por esa burocracia la cual está anegando España.Por lo demás he comprado un volumen de 1961 de Tintín ( las 7 bolas de cristal). además de Astérix en Helvecia,y un Mortadelo ( total 20€).He abierto el ejemplar de Tintín en uno de los VIPS cercanos,y al pronto he querido evocar,aquel mundo fascinante y de veras querido que fueron los años 60 y 70.Las 7 bolas de cristal ,interesa a las nuevas generaciones en cuanto transmite,aquel mundo elegantísimo de otrora,del cual hoy la sociedad Europea está tan lejana .Aparece pues el capitán Hadock ( y cuanto se ha escrito del capitán...).en su mansión cercana a Molinsort, todavía joven,con monóculo,y con una cazadora espectacular,las botas de montar a caballo nos advierten, que este mundo no cede en su encanto...y no cediendo en el encanto, entonces,y por primera vez desde la 2° guerra mundial Europa exportaba glamour...
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