Delawere contra la civilización ruso china.

Esteban Goicoechea ,( que era magnífico ),aquella noche no se había presentado al trabajo.Y no era el suyo un trabajo ordinario,sino que de otra manera era el relojero-jefe de la puerta del sol.¿ Su trabajo ?.Su trabajo era de una profesionalidad extraordinaria,pues no en vano el era responsable absoluto de las campanadas de fin de año.Aquella tarde ,el tardeo por la calle mayor y aledaños era conmovedor...Aquí y allá ,donde uno quisiera mirar, y por tanto mirase ,podían verse parejas tiernamente enamoradas,muchos papas con sus hijitos,y abuelitos llenos de encanto por doquier.¡ que Madrid aquél!.¡ y que españa tan magnífica !.Como quiera que fuere, por una esquina de la calle de las hilanderas,aparecían enamorados Sophia Dennis y el capitán...habían comprado dos balitas de algodoncito rosa,y no sin descaro ,habían optado por enfrascarse en mordisquitos tan singulares como atrevidos.En lugar de Esteban Goicoechea,había acudido a revisar el reloj Martinez Izquierdo ,un hombre a su manera gris,sombrio,y de mal referente para la sonrisa...Como quiera que fuera ,la gente deambulaba confiada por las calles sin percatarse de que un hilillo de humo...de humo gris y viscoso...partía por parte de una de las agujas del carismático reloj ,el cual ahora herido de muerte y a punto de dar las diez y diez ,quiso pronunciarse en un tremendo incendio toda vez el amarillo ,el rojo,y el azul del fuego,

se hicieron omnipresentes en la torre...¡ va a caer !,¡ va a caer !.- Gritaba la multitud al izar las cabecitas,mientras se huía del lugar presas del pánico,de cualquier punto de la ciudad podía ahora escucharse cualquier sirena de la policía tanto nacional como municipal,así como los fabulosos bomberos Madrileños....Entonces el capitán se despertó por fin de su mullida cama en el apartamento de Viena...empapado en sudor,frío,y marcando el número de Sophia Dennis,