Desde el Yellowstone

Amanece fría , solitaria,casi yerma,la tierra de Extremadura.Amanece ,ya digo que fría,aterida,bajo el espectro del cierre de la central de Almaraz.No quisiera pecar de puntilloso,pero, Extremadura ha recibido ya demasiado castigo,y ha recibido demasiado castigo,hoy, cuando aun no se siente el látigo sobre la espalda...ese látigo sobre la espalda sangriento y de 7 colas,el cual con maestría inigualable ,enarbola el Sr.Puigdemont.Las cosas están así...y así,los pueblecitos del valle vivían...Existe un cierto poso de injusticia cuando las autoridades dictan el fin de nuestro trabajo...el fin del futuro de los peques..e incluso el fin de la vida vecinal...Todo ello cuando España no termina de encontrarse en su factura de la luz.Poseen las centrales nucleares,una fantasía narrativa difícil de explicar...y poseían los pueblecitos del valle una alegría de vivir interminable ...ya no hay casita en el Barahaque... decía la canción de protesta dulce.Con todo,posee una escena terrible la película Novecento...aquella cuando el campesino de tierras raras,avanza desesperado hacía los civiles,desnudándose en su tránsito.Se comienza a amar Extremadura leyendo las novelas de Felipe Trigo,y se termina de amar Andalucía, toda vez que sabemos que el mal corazón del mundo ,se ha encaprichado con su derrota.Se me ocurren quizás demasiadas cosas para esta mañana helada...la manifestación?.Adelante con ella compañeros ...!.